
Aunque estudié arte, escribir siempre ha sido mi preferencia.
A nivel práctico requiere de menos recursos, pero ¿es menos productivo económicamente? En el terreno artístico todo depende (sobre todo de los contactos y cómo te abres camino, porque el talento —para ser neutrales— es sólo el 50%).
Pero este texto no tiene el objetivo de analizar eso.
Hace un par de años, cuando adquirí algo de estabilidad en España, pude comprar materiales y retomar mi afición por la pintura. Por primera vez tuve materiales para trabajar a los que nunca había tenido acceso. Mis años de estudiante de arte en Cuba coincidieron con el Periodo Especial, recuerdo que los acrílicos que tuve se limitaban en colores a rojo cadmio, ocre, sombra tostada y poco más. Conseguir blanco era una odisea. Idem. con los óleos. Los pinceles que daban en la Academia era lamentables. La “solución” era intentar vender algún cuadro en la Feria de la Catedral de La Habana, y comprar materiales (carísimos) en las tiendas del Fondo de Bienes Culturales… Para pintar más cuadros que pudieras vender y comprarte zapatos, algún producto de aseo o una botella de aceite.
Yo odiaba vender para la feria, pero fue en muchos años una manera de sobrevivir en un país precario.
Retomando el presente: me compré acuarelas, acrílicos, agendas, pinceles, y empecé a pintar sobre todo por placer, pero en 2013 ya acumulaba algunas cartulinas y decidí abrirme una tienda online en Etsy, porque al final, ¿de qué vale escribir si lo dejamos guardado en una gaveta y nadie lo lee? Pues con las pinturas igual, ¿de qué vale tener cartulinas guardadas si su mejor destino es decorar la pared de alguna vivienda o local?
Con la apertura de la tienda en Etsy vendí tres obras, y me puse muy contenta porque tres creaciones mías viajaron a distintos puntos del mundo para formar parte de la vida de otras personas. Seguí pintando, pero la cosa se paró. Vender en internet no es nada fácil si detrás no tienes un mercado y público que siga tu trabajo. O un promotor que te ayude a impulsar tu obra.
Lo que sucede es que una vez que uno retoma el vicio de crear, es difícil desanimarse solo porque no se logra un resultado comercial. Si bien por cuestiones personales, de tiempo y trabajo, no estoy pintando mucho últimamente, las ganas no se van, las agendas crecen y las cartulinas surgen de vez en cuando.
De momento, tengo una colección de obras que he decidido por cuatro días poner casi en su totalidad al 50%.
¿Por qué esta gran rebaja? La explicación tendría muchas aristas que resumiré en una muy personal: pronto (en unos días) seré madre, una madre cubana en el exilio, y la diferencia entre muchas otras madres es que yo no tengo parientes que me hagan regalos para el recién nacido, su padre (también cubano y exiliado) y yo somos los únicos responsables de que a nuestro hijo no le falte nada de lo imprescindible, y para eso trabajamos mucho cada día, y la verdad es que ya nuestro pequeño cuenta con casi todo lo que jamás yo hubiera soñado de vivir en Cuba. Pero esto será solo el principio.
Puede que muchas personas (que nunca han estado en nuestra situación) ni siquiera imaginen cómo de complejo es empezar de cero en un país ajeno, formar en él una familia y continuar ayudando económicamente a tu familia en tu país de origen. No digo que sea mejor o peor, es nuestra manera. Nos hace felices comprar cada detalle para nuestro hijo, ayudar económicamente a nuestras madres en Cuba. Todo esto lejos de ser una carga es algo que me hace sentir orgullosa, nada de lo que tengo y de lo que doy me lo han regalado, es el resultado de nuestro esfuerzo y trabajo, es el reflejo de nuestra fortaleza. Y así queremos que siga siendo.
Esta será otra cosa que podré enseñarle a mi hijo: que la vida es un regalo, pero vivir cuesta.
El privilegio de ser un superviviente.
Para ver las obras en oferta: visita Etsy antes del 15 de octubre.
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