Música, música, música siempre
Qué somos sin la música, apenas ruidos andantes. Silencios que respiran.
Necesitamos la música como las abejas necesitan a las flores. Bueno, quizás no tanto, pero es parte de lo que alimenta nuestro espíritu.
Desde los tiempos del fuego, ahí estábamos alrededor de una fogata para cantarle a los dioses o a las doncellas, para animar a las tropas o celebrar las victorias. Los sueños hechos música tienen mejor ritmo, las películas mudas no son tan mudas si un piano les cuenta secretos. Seguir leyendo «Música y ética: Por qué no voy a un concierto de Los Van Van»
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