La Noche pesa en los ojos, pero intentamos seguir en pie, desafiando al sueño, al dolor, a las canciones, a la nostalgia. ¿A qué? A todo y a nada. La nostalgia vive en uno como lombriz solitaria, se esconde a veces, y otras ruge desde el pozo de nuestro yo. Lo cierto es que el tiempo es implacable borrando heridas. Heridas abiertas y sangrantes que un día sanarán. Esa sangre roja en tu mano sanará. Esa cicatriz será sólo nostalgia, ¿de que? De un tiempo abolido por el Hoy. Seguir leyendo «El insomnio de los átomos»
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